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El rol estratégico del ferrocarril de carga en México para el éxito del "nearshoring"

Actualizado: 8 dic 2023

México, Estados Unidos y Canadá han sido grandes socios comerciales debido a su proximidad geográfica, a las cadenas de suministro integradas y a la necesidad de formar un frente económico de América del Norte ante el crecimiento económico de los otros continentes. Derivado de esto, han buscado fortalecer a la región a través de acuerdos comerciales que deriven en beneficios a las tres partes, por lo que en 2018 se firmó el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC); mismo que ha permitido facilitar el comercio entre los tres países, así como la integración en infraestructura de telecomunicaciones. Esto ha logrado para México una mayor conexión y un acceso preferencial a uno de los mercados más poderosos del mundo.


Con el estallido del nearshoring, el T-MEC representa un papel fundamental para impulsar a la competitividad en América del Norte, ofreciendo una ventana competitiva más amplia, especialmente en un contexto en el que otros países mantienen tensiones geopolíticas, lo que repercute negativamente en su captación de inversión extranjera. Para México, esto simboliza una gran oportunidad para trasladar plantas manufactureras al territorio; sobre todo, por los beneficios que le brinda el citado acuerdo. Uno de los elementos clave para la implementación exitosa del nearshoring en México es el sistema ferroviario con el que cuenta, pues el papel de los trenes de carga en la relocalización de las cadenas de valor juega en favor de un factor sustantivo: la conectividad.

El rendimiento del sistema ferroviario de carga en las últimas dos décadas ha sido notable, especialmente en el contexto del comercio internacional, en donde abarca cada vez distancias más extensas, demostrando que el ferrocarril es un medio de transporte altamente eficiente. Con esto, el ferrocarril encarna a una gran apuesta de impulso para el nearshoring; al igual que una para el fortalecimiento de la región, pues se trata de un sector que conlleva múltiples beneficios económicos y sociales, tanto para las empresas, como para la sociedad mexicana. El ferrocarril de carga facilita la transferencia de mercancías de las carreteras a las vías, lo que disminuye el congestionamiento vial y reduce los accidentes carreteros que involucran a vehículos de transporte de grandes dimensiones. Aunado a lo anterior y ya dentro del marco del nearshoring el ferrocarril permite experimentar una mayor seguridad en términos de transporte, pues éste es capaz de transportar grandes cantidades de mercancías de un lugar a otro sin necesidad de hacer altos en el camino y, aunque no está exento de robos o de asaltos, éste presenta una opción menos riesgosa si se implementan debidamente las medidas necesarias para la protección de la carga. Hoy en día las empresas ferroviarias reconocen que el tema de seguridad es vital para el buen funcionamiento y cumplimiento del objetivo del ferrocarril de carga, por lo que destinan parte del presupuesto a proteger las mercancías. Muestra de ello, la práctica actual que se realiza a través de cámaras, centros de vigilancia, personal de seguridad y drones, entre otras.


Con la llegada del nearshoring, se ha cuestionado repetidamente el impacto ambiental que tendrá éste dentro de nuestro país; incluyendo al transporte en general, que ha generado un aumento en el movimiento de mercancías. Según una publicación de El Financiero de abril 2023, la demanda de transporte de carga por la relocalización de empresas significará un aumento en dichos servicios de hasta un 15% mínimo cada año durante la próxima década. A su vez, esto derivará en un incremento en las emisiones generadas por todo tipo de vehículos de transporte. No obstante, y a pesar de que los motores a combustión del ferrocarril y el autotransporte son casi los mismos, existe una gran diferencia en los temas de desempeño medioambiental debido a la diferencia de materiales entre ambos tipos de transporte. En el ferrocarril, las ruedas y el rin son de acero; mientras que para el autotransporte las ruedas son neumáticas con asfalto o concreto. Esta diferencia representa un 4 a 1 en emisiones de efecto invernadero, siendo el ferrocarril el transporte generador de una menor cantidad de emisiones. De ahí que la inversión en el mantenimiento y mejoramiento del sistema ferroviario de carga en México sea una necesidad para aprovechar al máximo los beneficios del nearshoring.


Ahora, los trenes en México alcanzan los 3 kilómetros de largo y pueden llegar a desplazar hasta 14,000 toneladas. La industria nacional cuenta con 1,200 locomotoras; 32,000 carros ferroviarios y una operación de más de 20,000 km de vías. Este gran tamaño evidencia el potencial que tenemos en el país para el desarrollo de compañías en nuestro territorio. De igual manera, es importante señalar que los trenes de carga en México conectan diversos puntos estratégicos dentro y fuera del país, logrando incluso la conexión entre los países del bloque norteamericano: Canadá, Estados Unidos y México. Lo anterior señala a otra de las ventajas importantes para el nearshoring, pero también beneficios en la actualidad que fortalecen el desarrollo económico del país, trayendo consigo la generación de empleo para miles de personas.


A lo largo de este sexenio, los trenes han estado en la agenda prioritaria para el desarrollo el país: se han implementado distintos proyectos para impulsar al sector ferroviario, como el Tren Maya, el Tren del Istmo de Tehuantepec y, más recientemente, la adopción de trenes de pasajeros en zonas particulares del territorio nacional. Estos proyectos buscan generar obra pública para convertirse en una fuente de ingresos para las personas, estímulos para el turismo y mecanismos de fortalecimiento de las cadenas de valor a través del fomento al servicio intermodal ferroviario para contribuir a la eficiencia de suministro. Alineado con lo anterior, el 20 de noviembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador emitió un decreto para establecer siete nuevas rutas de trenes de pasajeros complementarias al Tren Maya y al Tren Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. Según este decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), el presidente designó al Sistema Ferroviario Mexicano como un área prioritaria para el desarrollo nacional, lo que permitirá la expansión de las nuevas rutas, principalmente a lo largo de las vías férreas concesionadas entre 1996 y 1999.


Ahora, si bien este proyecto tiene la intención de aprovechar el potencial del sector ferroviario para conectar a las industrias y transportar mercancías y personas, resulta muy importante que no se descuide el funcionamiento y eficiencia actual de los trenes de carga, pues esto es un factor clave para que México aproveche el nearshoring y todos los beneficios que traerá consigo. De igual manera, será de gran importancia el desarrollo y empleo de estudios de viabilidad que abarquen tanto la parte de infraestructura e ingeniería, como la de impacto a la misma industria. Esto, con el fin de determinar la posibilidad de implementar los trenes de pasajeros en ciertas rutas sin afectar los grandes resultados que hoy derivan de contar con un sistema ferroviario de carga eficiente en México.


Este artículo fue escrito por Sabrina Ciscomani, Consultora en Grupo Estrategia Política.



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