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La libertad de estudiar: una propuesta para el futuro de los jóvenes en el mundo laboral


Durante los debates presidenciales se abordaron varios temas con respecto a las estrategias de mejoramiento de algunos sectores del país. No obstante y en lo que compete al sector de educación, todos los candidatos presidenciales se quedaron cortos. En el primer debate presidencial juntaron los temas de salud y educación en un solo bloque, en el cual se habló escasamente sobre los planes educativos de cada uno de los candidatos. Al analizar lo que se dijo sobre el sector educativo, la única propuesta planteada de forma directa fue la de la instauración de la Escuela de Tiempo completo; mientras que el resto de lo propuesto puede resumirse como la creación de más preparatorias y la modificación de los libros educativos públicos. Sorprende que, en tan poco tiempo, las candidatas y el candidato hayan dicho absolutamente nada en concreto sobre las propuestas de otorgamiento de becas, implementación de tecnologías y promoción del acceso a las escuelas; aun cuando señalaron que la calidad de la educación mexicana ha ido en detrimento.


Ya para el tercer debate, las candidaturas se enfocaron un poco más en la materia. No obstante, el resultado fue más de lo mismo: creación de más universidades y más capacidad estudiantil en éstas, más becas y un plan educativo “constructivista”. Lo anterior, sin entrar una vez más a detalle sobre el contenido, ruta y mecanismos de materialización de las propuestas. Con ello, podríamos decir que los candidatos se mostraron incapaces de formular las prioridades y problemáticas que existen alrededor de la educación en México; incluso cuando sus planes de trabajo contemplan numerosas.[1]


Imagen: Nathan Dumlao, Vacant brown wooden chair at stadium [fotografía], 2018, https://bit.ly/3x8jKv0


Ahora bien, me gustaría señalar a continuación algunas de las propuestas que más han llamado la atención para fortalecer el argumento de que las candidaturas no lograron comprender una de las problemáticas más importantes para el país. Como candidata a la Presidencia, Claudia Sheinbaum propuso la integración de 300,000 espacios para estudiantes de Universidades Públicas[2], así como el aumento al número de becas (más de un millón) y la creación de más planteles de educación superior (sin dar detalles sobre la cantidad o las vías para su construcción). Los candidatos Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez, por su parte, tuvieron a bien hablar un poco más sobre la inversión a las ciencias y a las ingenierías; no obstante, cayeron en el mismo discurso: Gálvez propuso la creación de 7 diferentes universidades dedicadas al arte, la antropología, la historia y el turismo; mientras que Máynez propuso que más de un millón de jóvenes tuvieran acceso a la universidad[3]. El punto de coincidencia entre ambos fue el establecimiento de una especie de convenio con las universidades privadas, con el objetivo de que los estudiantes rechazados de las universidades públicas pudieran tener acceso a la educación.[4]


Como podemos observar, dichas ideas fallan en contemplar una problemática aún mayor: un número más elevado de estudiantes y de planteles educativos no se traducen necesariamente en la materialización de oportunidades laborales reales al egresar.    

De acuerdo con un estudio de la OCDE en 2023, alrededor de 5 de cada 10 egresados de universidades no ejercen lo que estudiaron; mientras que 1 de cada 4 se encuentra en el mercado informal[5]. En esta misma línea, la Encuesta Nacional de Egresados (ENE) 2023 del Centro de Opinión Pública de la UVM reportó que el 49.7% de los estudiantes egresados trabajan en un empleo sin relación con sus estudios[6]. Dichos reportes han visto un incremento preocupante desde el 2020 y, en apariencia, este declive en la esperanza laboral para los egresados no se detendrá en el horizonte más próximo. Con esto y con las propuestas en mencionadas, vemos que no existen verdaderas oportunidades laborales para numerosos estudiantes al concluir sus estudios, lo que perpetúa la incertidumbre en el futuro de los jóvenes.


Si bien los planes propuestos podrían apoyar a las personas a lograr una mayor presencia universitaria (tan solo en este año alrededor de 400 mil estudiantes se quedarán sin universidad, pues no hay suficientes espacios para la educación superior,[7] aunado a los 6.4 millones de jóvenes entre 3 a 18 años que no estudian, de acuerdo con el IMCO[8]), se continúa ignorando a los múltiples factores sociales y económicos detrás, así como a la incertidumbre laboral en la que se encuentran muchos de los egresados. Ojo, esto no quiere decir que la idea de aumentar el número de instituciones esté errada, sino que señala que deberá crearse conciencia de que, mientras no exista una oportunidad de conseguir un empleo digno relacionado con los estudios de los egresados, no será funcional la promesa de contar con más puestos; toda vez que esto llevará al mismo escenario de acumulación de estadísticas de egresados y de empleo informal. Por lo tanto, es imperativo contar con mercados laborales más competitivos/especializados. Sólo así, además de con la inclusión de las necesidades del empresariado, podría estructurarse un verdadero plan educativo integral.


Una idea es que, además de pensar en la inclusión de herramientas de tecnologías de la información, en las ingenierías y ciencias, se debe promover, desde las instituciones educativas y la industria, la formación técnica (además de la profesional), pues esto ampliará las oportunidades aborales y herramientas para enfrentar los requerimientos académicos y técnicos. De igual forma, las universidades privadas y públicas tendrán ambas la gran oportunidad de expandir su foco pedagógico a través de la inclusión de especializaciones técnicas. Incluso, podríamos pensar en la creación de nuevas universidades técnicas: tomando como ejemplo las conocidas como “Community Colleges” de Estados Unidos las cuales promueven, enseñan y forman a profesionistas técnicos capaces de laborar en espacios industriales en sus varios sectores. Para ello y para un potencial desarrollo técnico y de negocios, deberá desprenderse del estigma a lo técnico. Deberá también, además de promoverse, regularse al sector profesionista y crearse una nueva imagen de la industria laboral; una incluyente de las actividades de plomería, electricidad, manejo de metales e información, entre otras.


Lo anterior, percibo, no es del todo descabellado. Inclusive existe el precedente en México. Sí existen universidades y secundarias técnicas; no obstante, su cupo es muy limitado y carecen de la promoción e inversión de las que gozan las escuelas tradicionales. El propio Instituto Politécnico Nacional inició como una escuela técnica[9] enfocada a los requerimientos industriales y a las ciencias, hasta podríamos decir que se trata de la institución de corte más técnico en  la actualidad en el país.


Los beneficios al sector social serían múltiples. De entrada, lograría quitarse el factor despectivo a los llamados “trabajos irregulares” o profesiones, lo que derivaría en una concepción similar a la que se tiene de los profesionistas en Alemania o Estados Unidos, en donde la idea de trabajar en construcción, plomería, carpintería, electricista, informática, transporte es respetada y digna. Para el sector económico, hablaríamos de un incremento en la mano de obra calificada, lo que resolvería la demanda de habilidades y conocimientos, al tiempo que la falta de personal especializado. Esto resultaría óptimo con los tiempos que estamos viviendo de relocalización.

 

En suma, cuando hablamos del sector educativo estamos hablando de uno que puede fortalecerse con ayuda de la inversión privada y pública; uno que, de florecer y materializar estas libertades de elección escolar, funcionaría no solamente para abrir oportunidades laborales a los jóvenes, sino también para promover otro tipo de habilidades: creativas, artísticas, manuales (entre otras); y crear los cimientos de una diversidad educativa incluyente y alejada de la incertidumbre actual.


 

Referencias:

[1] https://www.mexicanosprimero.org/pdf/promesas-educativas/federales/RP_Publico_26MAYO24.pdf 

[2] https://www.eleconomista.com.mx/empresas/Elecciones-2024-Claudia-Sheinbaum-presenta-su-modelo-educativo-20240312-0038.html 

[3] https://www.eleconomista.com.mx/politica/Necesario-preparar-y-brindar-mayores-oportunidades-a-jovenes-destaca-Jorge-Alvarez-Maynez-en-Edomex-20240317-0023.html 

[4] https://www.jornada.com.mx/noticia/2024/03/15/politica/presenta-xochitl-galvez-su-propuesta-de-estrategia-educativa-769 y https://www.mexicanosprimero.org/pdf/promesas-educativas/federales/RP_Publico_26MAYO24.pdf 

[5]https://www.elsoldetoluca.com.mx/local/jovenes-no-trabajan-en-lo-que-estudiaron-y-empresas-carecen-de-talentos-que-esta-pasando-10704268.html#:~:text=Se%C3%B1al%C3%B3%20que%20el%2050%25%20de,la%20firma%20capital%20humano%20Manpower.

[6] https://www.eleconomista.com.mx/capitalhumano/Golpe-de-realidad-Rosa-pastel-La-mitad-de-los-universitarios-no-ejerce-su-carrera-20230717-0115.html

[7] https://www.elsoldemexico.com.mx/mexico/sociedad/sin-universidad-se-quedaran-400-mil-jovenes-en-2024-11216431.html

[8] https://www.eleconomista.com.mx/politica/El-18-de-ninas-ninos-y-adolescentes-no-asiste-a-la-escuela-en-Mexico-20240123-0132.html

[9] http://www.dgeti.sep.gob.mx/index.php/quienes-somos/82-historia-dgeti


Este texto fue escrito por Pedro Rodríguez Becerril, Asistente Jurídico en Grupo Estrategia Política.  

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